La sensibilidad dental es un malestar dental bastante común que consiste en una sensación de destemple generalmente asentada en la base del diente.

Este incómodo malestar, a grandes rasgos, es originado por la exposición de la dentina ante ciertas sustancias y, por tal motivo, cabe conocer sus causas y posibles tratamientos.

En la mayoría de los casos, la sensibilidad se presenta en personas de 20 a 50 años, aunque ello no limita que se presenten casos en pacientes mayores (o incluso menores) que padezcan de dicha condición.

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El motivo por cual alguien puede llegar a sufrir de sensibilidad dental, es porque la dentina (el tejido carnoso al interior del diente que recubre las terminaciones nerviosas) ha quedado expuesto al contacto con agentes exteriores. Cuando la dentina tiene contacto con alimentos o bebidas de fuertes temperaturas (altas o bajas), las condiciones físicas de ésta no logran evitar la reacción nerviosa, causando la sensación de destemple anteriormente mencionada.

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El deterioro del esmalte es, tal vez, la causa principal por la cual puede aparecer la sensibilidad dental. Naturalmente, cuando el esmalte se erosiona, es más probable que las bebidas demasiado frías o calientes logren penetrar y rosar con la dentina, generando la incomodidad. Esta situación también puede presentarse con ciertos alimentos.

Una de las razones por las que el esmalte se desgasta, proviene por el innegable paso del tiempo, pero también existen una serie de hábitos que pueden agilizar el proceso degenerativo del esmalte. Por ejemplo:

• Masticar elementos no comestibles, como bolígrafos y tapas de refresco.
• Utilizar los dientes como elemento para cortar cordeles o abrir envoltorios.
• Rechinar los dientes (Bruxismo) es una patología perjudicial para demasiados aspectos de la salud humana, pero el daño más palpable, es la reducción del grosor del esmalte dental. El bruxismo, por lo general, es causado por la ansiedad y puede presentarse en eventos de vigía, pero también de sueño. Se recomienda asistir a un médico especialista para tratar este mal y, del mismo modo, utilizar protectores bucales que lo eviten.

• Aunque mantener una sonrisa reluciente es sinónimo de salud y belleza, el exceso de tratamientos de blanqueamiento dental, puede desmejorar la calidad del esmalte. Por lo anterior, se recomienda llevar seguir las instrucciones del especialista para llevar a cabo el blanqueamiento dental (clínico o en casa) sin dañar la capa protectora del diente.
• Con el uso de piercings o perforaciones bucales, es natural que se presenten choques constantes contra los dientes. Asimismo, es probable que la persona desarrolle el hábito de juguetear con la joya, cortando o limando la superficie dental y, consecuentemente, dañando el esmalte.
• Para nadie es un secreto que el tabaquismo es un hábito perjudicial para todo el organismo. Uno de los daños más visibles de la nicotina es el manchado dental, el cual sucede como resultado de la erosión del esmalte dental y la acumulación de las sustancias dañinas que contiene el tabaco. Evidentemente, esta erosión causa la sensibilidad.
• Algunos medicamentos (incluso de venta libre) como jarabes para la tos pueden perjudicar el estado del esmalte por su carga de azúcares y antihistamínicos.

Por otro lado, la segunda causa más frecuente de la sensibilidad dental es la retracción de encías. Esta se presenta por una extensa variedad de motivos y, sea por la razón que sea, resultan revelando la parte baja de la dentina, la cual no está cubierta por el esmalte.

Aunque popularmente se asocia a la retracción de encías con los avances de la edad, los expertos han demostrado que, a diferencia de la reducción del grosor del esmalte, la pérdida del tejido gingival no tiene relación alguna con ello. De hecho, dicha pérdida puede ser una señal del cuerpo para evidenciar enfermedades graves como la diabetes o el VIH/SIDA, por tal motivo nunca debe ser algo que se pueda pasar por alto.

No obstante, la retracción de las encías también puede suceder por malos hábitos que pueden ser corregidos a tiempo y, de este modo, evitar la sensibilidad dental. Entre las causas más comunes de la retracción gingival podemos encontrar una higiene insuficiente, el tabaquismo, bruxismo, enfermedades periodontales y alteraciones hormonales.

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Aunque la sensibilidad dental constituye una de las condiciones más comunes, es importante no ignorarla o considerarla pasajera, pues ésta puede estar siendo causada por un daño importante en el organismo. Las personas que sufren de sensibilidad dental deben asistir al médico especialista quien evaluará el caso y tomará las decisiones pertinentes para tratarla.

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