odontología – Zendental

¿Cuánto dura un implante dental?

Con el correcto tratamiento y cuidado los implantes dentales pueden durar la vida entera de una persona, haciendo que sean uno de los tratamientos más longevos y rentables que encontramos en la clínica dental.

Los implantes dentales en madrid son una solución fiable a largo plazo, ya que tanto su diseño como el material del que están hechos (Óxido de titanio), van hacer que puedan soportar las cargas que van a recibir durante toda la vida del paciente. Existen numerosos estudios acerca de la supervivencia del implante a largo que arrojan unos datos por encima del 95% en implantes de calidad.
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Evidentemente para que esto se cumpla tenemos que tener en cuenta una serie de aspectos como son, una correcta cirugía y selección de la prótesis, un cuidado y mantenimiento una vez que tenemos instalada la prótesis definitiva, y un seguimiento por parte de nuestro implantólogo.

 

Aunque los implantes dentales no pueden tener caries, es necesario mantener una buena higiene diaria para evitar los problemas derivados por el acumulo de placa. No son necesarios unos cuidados especiales, ya que los implantes se cepillan igual que el resto de los dientes. También es importante hacerse las revisiones y mantenimientos anuales con su dentista.

Si seguimos todos estos pasos nuestros implantes nos acompañaran el resto de nuestra vida.

Si deseas más información, puedes solicitar una cita con nosotros llamando al 91 640 15 75 o a través de nuestra web Zendental.es 

 

Tips para que los niños pierdan el miedo al dentista

Muchos padres retrasan la revisión bucodental de sus hijos para evitar el mal trago que supone acudir con ellos a la consulta del odontólogo. ¿Y si pudieras conseguir que tu hijo vaya feliz al dentista?

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Te contamos las claves para que los niños pierdan el miedo:

1. Acudir desde pequeño a revisiones

De esta forma, ayudamos a reconocer la consulta, instrumentos, doctores, dinámica de la visita y generar confianza en el niño. Por otro lado, es importante que el odontólogo conozca la evolución del niño desde pequeño para poder detectar y prevenir futuros problemas bucodentales.

2. Hablar en positivo del dentista

Debemos huir del uso de recursos negativos para crear hábitos, por ejemplo, emplear el dentista como un castigo: ‘si no te lavas los dientes te llevo al dentista’. De esta forma, no conseguiremos que se lave los dientes y , además, asociará dentista con elementos negativos.

3. No usar las palabras prohibidas

Miedo, dolor, aguja, pinchazo, arrancar dientes… No nos damos cuenta, pero en muchas ocasiones el empleo de la palabra incorrecta nos transmite inseguridad y desconfianza. Imaginad por un momento que os dicen que el dentista os va a ‘arrancar los dientes’,  saldríais corriendo ¿verdad? Pues los niños también.

4. Elegir una clínica dental con odontopediatra

Los odontopediatras, además de ser odontólogos, están especializados en pediatría odontológica y en psicología infantil para cada una de las etapas del desarrollo del paciente. Desde la aparición de los dientes de leche hasta el cambio a dentadura definitiva.

5. No dejar los tratamientos sin hacer

Con revisiones el problema detectado será menos doloroso y más económico.

Como puedes comprobar, todos los puntos están conectados y llevan a la prevención de problemas bucodentales como mejor arma para combatir el miedo y la ansiedad al dentista.

Una odontopediatría sin miedo es posible.

Si quieres realizar una revisión gratuita a tus hijos, puedes solicitar cita a través de nuestra página web Zendental.es o llamando al 91 640 15 75

 

¿Necesito una endodoncia si el diente no me duele?

Una duda que mucha gente se plantea cuando decidimos que un diente debe ser endodonciado o desvitalizado, es el por qué de la necesidad de ese tratamiento si la pieza no está doliendo.

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Con bastante frecuencia, tras uno o varios episodios de dolor agudo, éste remite. Esto generalmente no responde a una mejoría en el estado del diente, sino todo lo contrario. La desaparición de las molestias en estos casos suelen deberse a una necrosis del nervio, lo que hace que de momento desaparezca la sensibilidad, creando una falsa sensación de mejoría.

En este punto el riesgo es, si cabe, mayor para nuestra salud bucal, puesto que tenemos un tejido necrosado que, como cualquier otro tejido “muerto” en nuestro organismo, puede causarnos una infección. Por ello nunca debemos confiarnos cuando el dolor desaparece, siendo conveniente chequear el diente. En la clínica podemos verificar la vitalidad de la pieza mediante una serie de comprobaciones muy sencillas que nos dirán si finalmente es necesario realizar la endodoncia.

En otras ocasiones, cuando tenemos una caries profunda, cuya evolución es muy lenta, puede producirse también una pulpitis (inflamación de la pulpa dentaria) y necrosis tan progresivas que pueden pasar totalmente desapercibidas. En este caso sólo seremos conscientes del daño que está sufriendo nuestro diente, cuando se produzca la inflamación la zona, que podrá cursar con o sin dolor.

Es conveniente no esperar a que esto ocurra, puesto que en el momento en el que se produce una infección en una pieza, puede verse afectado el hueso que la rodea, poniendo en peligro el soporte del diente. Si la infección se extiende alrededor de la raíz dentaria, lo hará a costa de “comerse” el hueso que la rodea, y la recuperación de la pieza será más lenta, teniendo incluso que seguir pauta antibiótica para enfriar el proceso y poder realizar después el tratamiento odontológico. Aún así el hueso perdido tardará un tiempo en recuperarse.

Por lo tanto, no debemos olvidarnos de un diente sólo por el hecho de que ya no nos duela, ni debemos pasar por alto las revisiones que nos puedan alertar de un proceso, que pese a ser silencioso, esté deteriorando nuestra boca sin darnos apenas cuenta.

Ventajas de la endodoncia mecanizada

Actualmente existen nuevas tecnologías que facilitan los tratamientos odontológicos. Uno de los grandes avances en el campo de la endodoncia ha sido la incorporación de sistemas de instrumentación mecánica. Dichos sistemas constan de varias limas de distintos calibres, que podemos acoplar a un micromotor muy similar al utilizado para eliminar las caries. Normalmente usamos de cuatro a seis limas rotatorias de distintos calibres para realizar una endodoncia, siguiendo una secuencia establecida.

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A diferencia de las limas manuales, las limas rotatorias o mecánicas, logran una mayor limpieza y desbridamiento de los conductos radiculares, y de una forma mucho más eficiente. En el caso de conductos curvos, el uso de estas limas hace que seamos mucho más conservadores a la hora de limpiar los mismos, ya que debido a su flexibilidad, modificaremos muy poco la anatomía de los canales radiculares. También se ve reducido considerablemente el tiempo de tratamiento, haciendo de la endodoncia un tratamiento mucho menos pesado para el paciente.

Otra de las ventajas de estos sistemas es la mayor desinfección de los conductos radiculares, ya que la propia vibración de estas limas favorece la distribución y activación del líquido que usamos para irrigar y desinfectar la pieza.

Hay que tener en cuenta que el uso de las limas rotatorias no exime del uso de las limas manuales convencionales. De esta manera, es necesario utilizar estas últimas en primer lugar, para “preparar el camino” a las limas mecánicas.

Del mismo modo, a lo largo del tratamiento puede ser necesaria la ayuda de limas convencionales para acceder a zonas más angostas y para ir comprobando que no taponamos el conducto con los restos que se van produciendo por el limado.

Resumiendo todo lo anterior podemos decir que con el uso de los sistemas de endodoncia mecanizada, conseguimos un menor tiempo de tratamiento y una mayor eficacia en la desinfección y limpieza de los conductos del diente, lo que implica un mejor pronóstico y la posibilidad de conservar nuestras propias piezas mucho más tiempo en boca.

Si lo deseas, puedes resolver todas tus dudas solicitando una consulta gratuita en nuestra clínica en Zendental.es o llamando al 91 640 15 75

Sedación Consciente en 10 preguntas

Muchas personas, tanto niños como adultos, sienten miedo al acudir a la consulta del dentista y se encuentran con un alto nivel de ansiedad durante el tratamiento.

Si eres una de estas personas, tenemos muy buenas noticias: en nuestra clínica utilizamos sedación consciente, un tratamiento que ayuda controlar la ansiedad y relajarse completamente.

 

¿Quién hace la sedación? 

Dentro del equipo de Zen dental, contamos con un médico especialista anestesiólogo que es quien dirige y lleva a cabo la sedación, tanto intravenosa como la inhalatoria. El Dr. Vidal es un profesional que lleva muchos años dedicado a la especialidad, profesor de la Universidad Complutense y que tiene una amplísima experiencia en la sedación para el tratamiento odontológico, no sólo de adultos sino que también de pacientes pediátricos.

¿Es común la sedación en la consulta?

Afortunadamente el concepto de clínica dental ha ido evolucionando y son cada vez menos las personas que tiene miedo o incluso fobia al dentista. Pero cada vez con más frecuencia nos encontramos a niños muy pequeños que requieren tratamientos dentales largos y que requieren de cierta colaboración por su parte. En ocasiones, por su corta edad, por su falta de madurez… tenemos que recurrir a la técnica de sedación. En el caso de los adultos, hay de todo. Algunos solicitan la sedación porque han tenido experiencias traumáticas cuando fueron pequeños que aún les condicionan la visita al dentista; En otras ocasiones simplemente quieren recibir el tratamiento de un modo relajado un tranquilo y no quieren “sentir nada”. Por ello deciden hacerse el tratamiento bajo sedación consciente.

La sedación en la consulta dental es también muy demandada por padres de pacientes que tienen cierta discapacidad. Estos niños suelen tener muchas necesidades de tratamientos dentales, pero su colaboración o su situación personal desembocan en un tratamiento casi imposible. Gracias a la sedación podemos lograr tratarles y devolverles la situación de salud bucal.

¿Conlleva intubación?

La sedación que realizamos en Zen dental puede ser inhablatoria o intravenosa y no conlleva en ningún caso la necesidad de intubar al paciente, ya que el paciente conserva perfectamente sus capacidades para respirar y sus reflejos de tos etc

No obstante contamos con la equipación de emergencia necesaria para poder solucionar cualquier situación incómoda que pudiera surgir.

En el caso de los niños, ¿se necesita un peso mínimo para realizar la sedación?

Como es lógico, la sedación se adecua a la persona que va a recibir el tratamiento dental. Si en este caso es un niño muy pequeño, debemos saber con exactitud su peso y sobre todo sus antecedentes médicos para poder realizar la sedación. Pero realmente no hay un peso mínimo requerido.

¿Tiene consecuencias en el niño a largo plazo?

No. No tiene consecuencias a largo plazo ni en el niño ni en el adulto.

La sedación consciente inhalatoria es una técnica para el control de la ansiedad, del miedo y del dolor, con amplia evidencia científica, utilizada en clínicas de EEUU, UK y muchos otros países de Europa. Además con el paciente en estado de relajación, el dentista puede realizar su trabajo de una forma óptima, reduciendo notablemente el tiempo necesario para el tratamiento. No tiene consecuencias a largo plazo.

La sedación intravenosa se realiza a base de fármacos que tienen una vida media de 4-6 horas por lo que  pasado ese tiempo están metabolizadas. Las consecuencias las tienen a corto plazo, como puede ser una sensación de cansancio, posible dolor de cabeza o incluso alguna nausea. Que desaparecen como máximo en las primeras 24 horas.

¿Qué día de la semana es recomendable?

En el caso del adulto recomendamos que se haga el tratamiento bajo sedación un día que pueda venir acompañado, para que el desplazamiento a casa no lo realice conduciendo él mismo y que además sea un día que pueda permitirse no volver al trabajo.

En el caso de los niños pedimos que al menos uno de los padres o tutores puedan acompañar al niño no sólo en el momento de la sedación sino que el resto del día pueda atenderle y vigilarle. La mayoría de los padres eligen el viernes.

¿Es desagradable? 

En absoluto. La aplicación del oxido nitroso es muy sencilla. A través de un pequeño inhalador nasal, se respira una mezcla de óxido nitroso y oxígeno, consiguiendo un alto estado de relajación. En este estado de relajación , continuo a lo largo del proceso, usted estará plenamente consciente, pero controlando su miedo y su ansiedad.

La sedación en adultos se realiza a través de una vía. En el caso de los más peques, con anterioridad les hemos dado un “zumito” que ayuda a que estén más relajados y de este modo no les suponga un mal trago que les cojamos la vía.

¿Genera tensión?

La tensión, como normal general, la tienen los padres de los niños, pero ni los pacientes adultos, ni los pediátricos están en tensión. De hecho logramos todo lo contrario, que estén relajados.

¿Qué síntomas se pueden tener tras la sedación?

Lo principal es sensación de cansado, de relajación… Es una sensación como mucho de abotargamiento. En el caso de los niños tratan de revelarse contra la situación de relax que le pide el cuerpo y por eso tratan de hacer movimientos como para comenzar la actividad y así evitar “dormirse”. Por ello pedimos que los padres estén pendientes de ellos las primeras horas.

Se tiene cierta disminución de los reflejos, por lo que no es aconsejable conducir

Se puede padecer dolor de cabeza e incluso nauseas.

¿Se realiza algún control médico tras la sedación?

No es necesario. Aunque el equipo de la clínica dental se encargará de llamar a los pacientes en los días posteriores para conocer la evolución del tratamiento.

Para que os resulte fácil comparar, la sedación que se realiza para hacer un tratamiento odontológico es la misma que se lleva a cabo para realizar pruebas diagnósticas como las endoscopias o las colonoscopias. Pruebas en las que sin sedación hoy por hoy no nos planteamos hacernos ¿cierto?

Si deseas solicitar más información puedes solicitar una primera visita en zendental.es o llamar al 91 640 15 75

Doctor, ¿me va a hacer otra radiografía?

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¿Por qué tantas radiografías? ¿Con qué frecuencia se hacen?

Cada uno de nuestros pacientes, mejor dicho, cada uno de nosotros tenemos unas necesidades particulares y por ello la frecuencia con la que necesitaremos una radiografía dental. Si un paciente tiene alta propensión a caries, sería adecuado hacerle una radiografía de aleta de mordida al menos una vez al año; ya que de este modo podríamos ver las caries incipientes y tratarlas antes de que progresen.

Para evitar radiografías sería aconsejable que cuando un paciente hiciera un traslado de dentista le pidiera a éste su historia clínica y sus radiografías, para poder completar mejor el historial de la boca del nuevo paciente. Si no pudiera ser, es posible que el dentista nuevo quiera hacer una radiografía panorámica para hacer un diagnóstico más completo.

Lo que sí que es cierto, es que los niños necesitan radiografías con mayor frecuencia que los adultos ya que el recambio dentario y su desarrollo ha de ser controlado.

Pero ¿No será malo tanta radiografía?

En odontología la radiografía es una herramienta básica para poder hacer un buen diagnóstico. Los exámenes con radiografías dentales son seguros; ya que exigen un nivel muy bajo de exposición a la radiación, lo que hace que el riesgo de posibles efectos nocivos sea muy pequeño ya que las dosis de los exámenes radiológicos dentales intraorales y cefalométricos son por lo general inferiores a la correspondiente a la radiación natural de fondo de un día.

Las técnicas y herramientas de las radiografías están diseñadas para limitar la exposición del cuerpo a la radiación y se adoptan todas las precauciones para garantizar que la exposición a las radiaciones sea lo más baja posible (según el principio ALARA).

(Si quieres saber más sobre las dosis de radiación de la radiología oral pincha aquí)

¿Qué se puede ver en una radiografía?

Muchos pacientes me preguntan que cómo sé yo si eso que les muestro es una infección o un quiste. La verdad es que el análisis de una radiografía permite diferenciar densidades. Los tejidos que se ven más blancos, son aquellos que absorben más cantidad de radiación, los más oscuros (como las infecciones, las caries, quistes y muchos tumores) son los que menos radiación absorben. El hecho de que sepamos diferenciar si es una u otra cosa lo hacemos primero por haber estudiado patologías y haber aprendido a hacer diagnósticos diferenciales y porque no sólo miramos “eso”, sino que ampliamos la visión y vemos el cuadro completo que ofrece la radiografía; eso junto con una buena historia médica y una buena exploración intraoral, nos permite dar el diagnóstico más acertado posible.

Con la radiografía intraoral no sólo vemos caries, infecciones o quistes, sino que vemos la situación de estructuras anatómicas, la forma de las raíces, la posición de las muelas del juicio, la situación de la ATM (articulación témporo-mandibular)…Y también podemos ver restauraciones y tratamientos que ya tiene hecho el paciente (empastes, endodoncias, pernos, coronas, implantes…) y la situación en la que éstos se encuentran.

Si deseas realizarte una primera consulta gratuita con nosotros, no dudes en solicitar cita en zendental.es o llamando al 91 640 15 75

10 pautas básicas que debe cumplir tu clínica dental

Al igual que buscamos un buen ginecólogo que nos lleve el embarazo y luego un pediatra que nos guste para llevar a nuestros hijos… es importante que elijamos un buen dentista para nuestra familia, ya que es quien nos va a hacer las revisiones de control y quien nos  va a aconsejar sobre los tratamientos que podamos necesitar. No siempre lo que es bueno para un vecino es bueno para nosotros, pero si el dentista tiene muchos pacientes y en el entorno hablan bien de él… es probable que pueda ser bueno también para nosotros.

modulo1Otro tipo de consideraciones son las siguientes:

  • Cercanía: ¿está lo suficientemente cerca de casa como para que no le resulte una incomodidad tener que ir a la clínica? ¿Abre todos los días de las semana, o cierra los viernes por la tarde o alguna mañana? ¿Se puede aparcar con facilidad?
  • Seguro: ¿tiene algún tipo de seguro dental? ¿Qué planes de pago ofrece? ¿Informa de todos los costes antes de comenzar el tratamiento?
  • Actitud del personal: ¿Son amables los miembros del equipo? ¿resuelven mis dudas? ¿Es el dentista quien explica los procedimientos terapéuticos que van a realizar?
  • Urgencias: Si tengo un dolor horrible, ¿me van a atender de urgencias?
  • Profesionalidad: Los dentistas deben estar en continua formación y tener sus masters de especialización.
  • Instalaciones: aunque traten de evitarlo, en ocasiones hay que estar esperando en la clínica durante algún tiempo antes de ser atendido o mientras esperamos a que salga el paciente al que acompañamos. Debe tener un espacio agradable.
  • Tecnología: tan importante es la formación de los odontólogos como la tecnología a su alcance, por ello es necesario que la clínica siga los protocolos de mantenimiento y mejora necesarios para estar en la vanguardia de los avances técnicos.
  • Especializaciones: Saber que en la misma clínica se puede realizar el tratamiento integral de la boca, ahorrará tiempo de visitas y desplazamientos a otros centros odontológicos
  • Sistema de gestión de la clínica: no es lo mismo una franquicia, una clínica de una aseguradora dental o la clínica privada de un odontólogo. El grado de involucración por la satisfacción de los pacientes es totalmente diferente, ya que en el caso de una clínica privada de un odontólogo este va a estar al frente de ella con el paso de los años, por lo tanto los estándares de exigencia serán más altos, aunque solo sea para evitar tener que estar solucionando problemas en un futuro. Mientras que las franquicias y las clínicas de aseguradoras no tienen ese “alma” que proporciona el que haya alguien involucrado 100% en ella.
  • Rotación de personal: es importante que la clínica dental cuente con un personal fijo y estable que coordine y siga la evolución de los tratamientos que se realicen en la clínica. En las franquicias es bastante habitual ver rotación de personal.

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Muelas de juicio ¿me las quito?

Lo primero que me gustaría es haceros una definición del planteamiento. Los terceros molares, muelas del juicio o cordales erupcionan entre los 18 y los 24 años, aunque hay un amplio rango.

Las piezas dentarias pueden estar:

  • Incluidas, si están completamente metidas en el hueso maxilar, cubierto por tejido blando y total o parcialmente por hueso.
  • Semi-incluidas, cuando no ha conseguido erupcionar su posición normal, pero se encuentra parcialmente visible.
  • Impactadas, cuando el cordal está incluido y rodeado totalmente por hueso.

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Aunque cuando hablamos de cordales incluidos nos referimos tanto a los inferiores como a los superiores, la mayor parte de ellos son inferiores. Los cordales superiores suelen dar menos problemas y son más sencillos de extraer pero cuando están retenidos tienen riesgos tan importantes como los inferiores.

Yo tenía un profesor catedrático de cirugía que decía que “Todo diente retenido en potencia es un quiste” y razón no le faltaba ya que pueden provocar problemas como infecciones locales, daños a las piezas vecinas, problemas en la articulación por falta de espacio…

El daño y el postoperatorio (lo que en medicina conocemos como morbilidad) suele trascurrir con dolor e inflamación y lesiones en la mucosa. Pueden suceder complicaciones del tipo nerviosas (anestesias, cortes) u óseas (fractura de tablas óseas) o dentarias (rotura de dientes vecinos…)

Por todo ello es necesario quedarnos con un concepto claro. No se puede estar a favor ni en contra de la extracción de cordales. Ello dependerá de la situación particular de cada muela en un paciente concreto. Por lo que es muy importante hacer una historia completa médica y dental, así como una exploración clínica (intraoral y extraoral) junto con un análisis radiológico antes de emitir un juicio sobre la indicación o no de la extracción.

Para más información o si quieres pedirnos una cita para valorar tú caso entra en Zendental.es o llama al 91 640 15 75

¿Cómo elegir el protector bucal deportivo adecuado?

La pasada semana hablamos de la importancia de llevar protectores bucales durante la práctica de deporte, esta semana os enseñamos a elegir el que mejor se adapte a vuestras necesidades y/o la de vuestros hijos.

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El protector bucal adecuado:

  • Protege los dientes, tejidos blandos
  • Absorbe en gran medida la energía del choque
  • Proporciona confort y se ajusta a los dientes de la arcada superior
  • Permite hablar
  • Permite respirar con comodidad
  • Es duradero y resistente a la fricción. No libera resinas tóxicas.
  • Permanece adaptado durante su uso
  • Proporcionan una buena posición de la ATM (articulación témporo mandibular), lo que evita lesiones en caso de colisión

Hay algunos protectores bucales que se venden en comercios ya preformados, son económicos pero no se consideran como una opción aceptable para usarse como protector bucal ya que no ofrecen función como protector bucal porque el niño debe estar mordiendo para que permanezca en boca, impide una respiración correcta, impide el habla, no se adapta, es incómodo y termina por no usarse.

Otros son los protectores de “calentar y adaptar”, que también están disponibles en comercios. A priori puede parecer que estos ofrecen mayores ventajas. Están fabricados en serie y se “adaptan” a cada persona tras un proceso de calentamiento en el que la resina interior se ablanda y tras una presión del protector sobre los dientes adquiere levemente las huellas de los dientes y muelas. La principal ventaja es que son los menos caros, pero como desventaja es que se desadaptan en cortísimo espacio de tiempo, no son resistentes y hay que cambiarlos con frecuencia. Un estudio americano sobre costo y calidad de este tipo de protectores, desaconsejó su uso.

La mejor opción es un protector bucal  totalmente adaptado y hecho a medida por tu dentista para evitar que se muevan los dientes durante una colisión, la fractura de los dientes y de los huesos, protegen mucho más frente a conmociones cerebrales, desfiguración de boca y cara… Además no impiden la respiración cómoda ni el habla y pueden ser personalizados (el minideportista puede elegir el color de su protector) y poner su nombre. La única desventaja a priori es el coste, aunque os puedo decir que os sorprenderá su precio al ver que no son tan caros. Pero ¿a que vosotros no lleváis globos en el coche para evitar invertir en un coche con airbag? Pues no pongáis cualquier cosa en la boca de vuestros hijos para protegerles, si de antemano sabéis que no lo hace de forma segura. La prevención, justifica la inversión.

Me gustaría insistir en el concepto de la prevención. Muchos padres no somos informados del nivel de contacto que tiene el deporte que practica nuestro hijo. De hecho, creo que la mayoría de las escuelas de deporte no son conscientes de la importancia del empleo de un protector bucal.

El coste económico puede hacernos valorar la prevención. Sin duda es mejor tener tu propio diente que uno reconstruido (en el mejor de los casos) o sustituido. Sin duda el coste de prevenir la fractura de un diente es más barato que el coste de rehabilitarlo. Se ha de tener en cuenta que a parte de la molestia y el dolor del deportista, hay que considerar la valoración económica del tratamiento de urgencia, y el coste de la rehabilitación y del mantenimiento que como padres tendremos que hacer durante años y en un futuro el niño durante su edad madura.

Si estás interesado en nuestros protectores bucales  o quieres información más específica entra en Zendental.es  o llama al 91 640 15 75 y solicita una primera consulta gratuita.