julio 2014 - Zendental

No más radiación innecesaria.

“No me quiero hacer una radiografía. No quiero someterme a una radiación innecesaria.”

radiografia oral

Esa es un frase más común de lo que podéis imaginar. La verdad que no creo que un odontólogo quiera hacer una radiografía si no la considera necesaria. Eso es una lex artis que guardamos aquellos que trabajamos con una buena ética profesional. Por tanto, si disponemos de una radiografía en la que podamos hacer la valoración que queremos, seguro que no haremos una nueva radiografía. Ahora bien, desde mi experiencia, por desgracia, tengo claro que aunque un paciente sólo quiera hacerse una limpieza anual, la exploración intraoral no fue suficiente para ver el tumor gigante que tenía en la mandíbula (ya que no deformaba las estructuras a nivel visual).

Nos sometemos a más radiación a diario con los teléfonos móviles y antenas que con una radiografía panorámica y menos aún con una intraoral. De hecho las dosis de los exámenes radiológicos dentales intraorales y cefalométricos son por lo general inferiores a la correspondiente a la radiación natural de fondo de un día.

La radiación natural de fondo es la dosis de radiación a la que los seres humanos nos sometemos a diario de forma continua e inevitable por el mero hecho de vivir en la tierra. Esta radiación proviene de una fuente natural La mayoría de las personas tienen una exposición a la radiación de fondo superior a la de fuentes artificiales, salvo excepciones por su puesto (como los radiólogos, mineros…)

 

Los números lo demuestran: “El verificador”

La dosis de radiación es la medida de la cantidad de energía absorbida por algo o alguien cuando se expone a los rayos X. La unidad de la dosis efectiva es el Sievert, (Sv) aunque en radiología dental los niveles son generalmente una pequeña fracción de un sievert (milisievert, mSv, o incluso microsievert, μSv).

A continuación se dan valores medios de diversos estudios de alcance nacional facilitados por el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear)

Radiografía intraoral: 1 – 8 μSv;

Radiografía panorámica: 4 – 30 μSv

Por lo tanto, las dosis de los exámenes radiológicos dentales intraorales y cefalométricos son más bajas, por lo general inferiores a la correspondiente a la radiación natural de fondo de un día. Las dosis en las radiografías panorámicas varían más, pero incluso los valores más altos no superan a la exposición correspondiente a unos pocos días de radiación natural de fondo, que es similar a la dosis de una radiografía de tórax.

 

Por tanto, puedo concluir que una radiografía cuando sea considereada por un odontólogo necesaria, nos va a evitar más radiación innecesaria desde el punto de vista que evitaremos tratamientos que puedan requerir hacer radiografías para ejecutarlo. 

¿Por qué tanta radiografía?

Ortopantomografía, periapicales, aletas de mordida… ¿Qué son?radiografia oral

Cuando un dentista le pide a su auxiliar “la pano” se refiere a que le gustaría ver la radiografía panorámica y ortopantomografía del pacientes. Con ella tenemos una visión general de ambos maxilares y de la articulación.

También podemos querer ver la radiografía de aleta de mordida que es una radiografía intraoral que se centra en las coronas de los sectores posteriores y tiene una proyección totalmente perpendicular para evitar la superposición de las capas del diente. Con esta radiografía podemos ver las posibles caries interproximales.

También hablamos de periapicales, que son las radiografías chiquititas que hacemos para ver uno o dos dientes en detalle. Las suele usar mucho los endodoncistas.

¿Por qué tantas radiografías? ¿Con qué frecuencia se hacen?

Cada uno de nuestros pacientes, mejor dicho, cada uno de nosotros tenemos unas necesidades particulares y por ello la frecuencia con la que necesitaremos una radiografía dental. Si un paciente tiene alta propensión a caries, sería adecuado hacerle una radiografía de aleta de mordida al menos una vez al año; ya que de este modo podríamos ver las caries incipientes y tratarlas antes de que progresen.

Para evitar radiografías sería aconsejable que cuando un paciente hiciera un traslado de dentista le pidiera a éste su historia clínica y sus radiografías, para poder completar mejor el historial de la boca del nuevo paciente. Si no pudiera ser, es posible que el dentista nuevo quiera hacer una radiografía panorámica para hacer un diagnóstico más completo.

Lo que sí que es cierto, es que los niños necesitan radiografías con mayor frecuencia que los adultos ya que el recambio dentario y su desarrollo ha de ser controlado.

Pero ¿No será malo tanta radiografía?

En odontología la radiografía es una herramienta básica para poder hacer un buen diagnóstico. Los exámenes con radiografías dentales son seguros; ya que exigen un nivel muy bajo de exposición a la radiación, lo que hace que el riesgo de posibles efectos nocivos sea muy pequeño ya que las dosis de los exámenes radiológicos dentales intraorales y cefalométricos son por lo general inferiores a la correspondiente a la radiación natural de fondo de un día.

Las técnicas y herramientas de las radiografías están diseñadas para limitar la exposición del cuerpo a la radiación y se adoptan todas las precauciones para garantizar que la exposición a las radiaciones sea lo más baja posible (según el principio ALARA).

(Si quieres saber más sobre las dosis de radiación de la radiología oral pincha aquí)

¿Qué se puede ver en una radiografía?

Muchos pacientes me preguntan que cómo sé yo si eso que les muestro es una infección o un quiste. La verdad es que el análisis de una radiografía permite diferenciar densidades. Los tejidos que se ven más blancos, son aquellos que absorben más cantidad de radiación, los más oscuros (como las infecciones, las caries, quistes y muchos tumores) son los que menos radiación absorben. El hecho de que sepamos diferenciar si es una u otra cosa lo hacemos primero por haber estudiado patologías y haber aprendido a hacer diagnósticos diferenciales y porque no sólo miramos “eso”, sino que ampliamos la visión y vemos el cuadro completo que ofrece la radiografía; eso junto con una buena historia médica y una buena exploración intraoral, nos permite dar el diagnóstico más acertado posible.

Con la radiografía intraoral no sólo vemos caries, infecciones o quistes, sino que vemos la situación de estructuras anatómicas, la forma de las raíces, la posición de las muelas del juicio, la situación de la ATM (articulación témporo-mandibular)…Y también podemos ver restauraciones y tratamientos que ya tiene hecho el paciente (empastes, endodoncias, pernos, coronas, implantes…) y la situación en la que éstos se encuentran.